Los conflictos: “¿matriz de la violencia o puente para la equidad?”

¿Nuestro país, se encuentra en una situación de conflicto estructural? ¿La grieta, es la metáfora que describe a una sociedad dividida y con potencial de conflictos de intereses llevándola lentamente hacia violencia social?

Asimilamos erróneamente conflicto a violencia, se usan, incluso como sinónimos: “Serios conflictos en la cancha de Boca”, es en realidad, serios disturbios, o “Aumenta la conflictividad: diez muertos en Colombia”, debieran decir, “Aumento de la violencia…

La violencia es la forma primitiva, desigual e inútil para resolver conflictos. Solo en relaciones o sociedades patológicas, los conflictos son equivalentes a violencia. En relaciones sanas, los conflictos son el indicador que hay una tensión entre intereses diversos, que necesitan ser resueltos mediante un dialogo y concertación que genere “máxima satisfacción posible” en ambas partes. Conflicto es búsqueda de visibilidad, empatía y equidad.  Lamentablemente en la mitología de nuestra sociedad global, es difícil pensar en soluciones dialogadas y constructivas sin pensar que es un método cobarde.    Sin embargo la idea se impone. La Cultura de Paz, es un camino filosófico que implica una nueva actitud y un nuevo repertorio de conductas para resolver las disputas sin llegar a la violencia.  ¿Sin visibilidad y búsqueda de equidad, hay posibilidad de resolución? ¿De qué sirve que le den la razón a su demanda en un juicio de divorcio, si luego la conducta del otro padre enojado mancha continuamente a la ex pareja frente a sus hijos? ¿Alguien gana? No, todos pierden. ¿Hace mi vida mejor que arregle el problema con mi vecino a los golpes cuando deberé verlo y compartir un espacio pegado a mi hogar todos los días? En estos contextos de conflictividad, cuando alguien gana, todos pierden. En el campo social amplio es igual. Si un sector gana por sobre los otros, todos pierden. “Si no hay satisfacción de acuerdos, no hay sustentabilidad de arreglos”.

Prevención de Violencia Social

La violencia es la mala gestión de un conflicto. En el campo de la Gestión Pública y las Organizaciones de la Sociedad Civil, mala gestión implica, que intereses por fuera de los actores sentidos del conflicto, lideren el mismo. Hay dos formas de mala gestión, la primera es la Gubernamental. Basada en la falta de visibilidad y atención temprana de la demanda social. Ese retraso y/o negación, tiene un alto costo en términos de gobernabilidad. Por otra parte mala gestión de los conflictos, es atenderlos cuando están tibios o calientes, cuando ya en esa etapa, es probablemente tarde. O se hace buena gestión de la demanda, con un monitoreo concertado de ambas partes, o queda la operación política, que solo usa el conflicto para negociar otras cosas, ajenas al mismo, dejando a la comunidad sin atención a sus legítimas demandas.  Prevenir, es saber cuándo satisfacer demanda, o en caso de no ser posible, cuando iniciar el dialogo. Generalmente esto se hace tarde y luego se espera que algún equipo técnico haga de bomberos a apagar el incendio. Imposible. ¿Entonces que queda? La operación opaca de intereses del liderazgo. Tarde o temprano esto fracasa. El “Que se vayan Todos” sigue latiendo en los corazones argentinos y es inteligente no perder ese punto de vista.